Escribir...

Escribir no es nada fácil. Lo podeis ver. Poca inspiración. Será porque mi vida es pobre en emociones, o en expresiones. A veces escribir cuesta mucho trabajo. A veces duele tanto como cuando te haces una herida y sangra.

Como un volcán peleano.

Un día, un viejo amigo me decía que debía ser más paciente. Que no aguantaba nada. Que era frágil y vulnerable como un globo en manos de un niño inquieto, explotaba en seguida. He de decir que usted, querido amigo al cual admiro y quiero con todo mi corazón, está usted muy equivocado. Y no, no es que carezca de humildad, pero es la pura verdad. A veces pienso que me he entrenado, o que me estoy entrenando para aguantarlo todo en esta vida. Para tomar decisiones importantes y seguir adelante como si nada pasara. Pero nadie es de hierro, algún momento todos explotamos. Todos incluso yo, y he de decir que pasa como en aquellos países que sufren catástrofes naturales y no hacen nada para poder evitarlas, ya es tarde.  Ya es tarde cuando exploto. Como un volcán.

A lo que me quieren o me aprecian.

Qué poder decirles, que muchas gracias. Agradecerles sobre todas las cosas el interés que tengan por mí y que parte de su cariño sea hacia mi persona. Esa gente que realmente me quiera, no esa gente que supuestamente lo hace y ahi se queda. Verba volant, scripta manent. En estos casos no son escritos, son hechos.